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Ictus: la emergencia que exige atención inmediata para evitar una discapacidad o la muerte

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El Accidente Cerebrovascular o Evento Cerebro Vascular (EVC), conocido como ICTUS, es hoy una de las principales causas de discapacidad y mortalidad a nivel mundial.

En 2019 fallecieron aproximadamente 3.3 millones de personas por esta causa, y se prevé que para el 2030 la cifra aumente a cerca de 5 millones de muertes anuales.

Esta enfermedad caracterizada por la interrupción súbita del flujo sanguíneo al cerebro, requiere una atención urgente y sistematizada, ya que cada segundo cuenta.

Por cada segundo sin tratamiento, se pierden 32,000 neuronas.

La importancia de actuar rápido: “Tiempo es cerebro”

La cadena de sobrevida en el Ictus inicia incluso antes de la llegada al hospital. La identificación temprana por parte de familiares o testigos, quienes pueden notar cambios en el lenguaje, la movilidad o el comportamiento de la persona es crucial para iniciar la atención médica adecuada.

Cada hora de retraso en la atención equivale a perder 120 millones de neuronas y envejecer el cerebro hasta 3.6 años.

En México, se calculan anualmente 170,000 casos de Enfermedad Vascular Cerebral. De esta cifra, 3 de cada 4 cuatro pacientes quedarán con alguna forma de discapacidad severa y solo el 25% logrará una recuperación exitosa.

El registro de las defunciones aproximadamente es de 38,000 muertes al año, especialmente en mayores de 65 años.

Tan sólo en el primer semestre de 2024, se reportaron más de 18,000 muertes por esta causa en México.

Protocolos que salvan vidas: Código Cerebro y Unidades de Emergencia

La implementación del protocolo Código Cerebro es fundamental para mejorar los resultados de los pacientes. Este protocolo promueve la rápida identificación de los síntomas, el traslado oportuno al hospital adecuado, la notificación previa a los servicios de emergencia hospitalarios y la administración inmediata de tratamientos como la trombolisis, cuya efectividad es máxima si se realiza dentro de las primeras 4.5 horas después del inicio de los síntomas.

Además, el desarrollo de unidades móviles especializadas y la capacitación continua en escalas de identificación e intrahospitalarias han permitido avances significativos en la atención prehospitalaria y hospitalaria del ictus.

Reconocer el Ictus: Una tarea de todos.

La educación de la población y de los profesionales de la salud es clave.

Existen escalas validadas para identificar rápidamente a pacientes sospechosos de estar sufriendo un Ictus. También es fundamental distinguir entre un ictus verdadero y otras patologías que pueden simularlo, para evitar retrasos en el tratamiento.

Organizaciones internacionales como la American Heart Association y la European Stroke Organization, a través de iniciativas como Angels, se han establecido protocolos claros que permiten estandarizar la atención y mejorar los resultados funcionales de los pacientes.

El Ictus es una emergencia médica. Cada minuto sin atención equivale a la pérdida irreversible de tejido cerebral y a un mayor riesgo de discapacidad o muerte. Por ello, reconocer los síntomas a tiempo, activar los protocolos de atención y garantizar una rápida intervención médica son acciones esenciales para salvar vidas y preservar la calidad de vida de quienes sufren esta enfermedad.

@Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias

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